Exposición Filmoteca JCyL

vExposición 'La Fotografía de los Colores. Retratos de mujer'

"La Fotografía de los Colores. Retratos de mujer"

"La Fotografía de los Colores. Retratos de mujer"

Una selección de retratos realizados por Venancio Gombau con la primera técnica fotográfica de color comercializada por la casa Lumière, el Autochrome

Exposición cedida por la Filmoteca de Castilla y León


• Sala Delegación de Cultura Junta CyL | Del 1 al 30 de mayo
–HORARIO: lunes a viernes de 09.00 a 15.00 horas. Fines de semana y festivos cerrada.

Exposición comisariada por María Ferrer

 

Esta atractiva exposición, diseñada por la Filmoteca de Castilla y León para dar a conocer sus fondos, ofrece una selección de retratos realizados con la primera técnica fotográfica de color comercializada por la casa Lumière, el Autochrome. Todos tienen en común el protagonismo de la figura femenina en el estudio de Venancio Gombau, de las colecciones de su nieta Carmen Gombau y Ángel Arenaz y del Ayuntamiento salmantino.

 

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Plasmar el color

Los fotógrafos del siglo XIX comenzaron pintando o tiñendo las imágenes  en blanco y negro para satisfacer a sus clientes y aumentar la similitud de la fotografía con el modelo pictórico que exigía el gusto de la época. Y así continuaron hasta la primera década del siglo XX en que aparecieron los primeros procesos industriales de color.

Las investigaciones científicas sobre el color comenzaron en el siglo XVII cuando Isaac Newton utilizó un prisma para descomponer la luz en los siete colores del espectro. El físico James Clark Maxwell probó, en 1860, que todos los colores se pueden reproducir  a partir de  la mezcla del rojo, el verde y el azul claro, un paso más en la aspiración de Fox Talbot de convertir la fotografía en el pincel de la Naturaleza. Sobre tres cristales de linterna mágica independientes, Maxwell colocó un trozo de tela de tartán, el tejido nacional escocés, y colocó un filtro diferente en cada uno en rojo, verde y azul. Las placas fueron proyectadas a través de los mismos filtros usando tres linternas mágicas separadas. Cuando las imágenes se superpusieron cuidadosamente su combinación produjo una única imagen coloreada reconocible como una reproducción de la original.

Fue la técnica de color por adición, (additive color synthesis), el principio en el que se fundamentaría años después el Autochrome, el primer procedimiento fotográfico de color comercializado.

Fueron los hermanos Lumière, quienes antes de la invención del cinematógrafo eran prósperos fabricantes de materiales fotográficos quienes avanzaron en la comercialización de los procedimientos color. En torno a 1904 comenzaron a comercializar una versión que denominaron  fotografía de los colores basada en la tricromía de Carlos Cros y Ducos de Hauros, en el que eran necesarios tres clichés obtenidos con tres pantallas, azul, verde y roja que se podían adaptar a cualquier cámara. Se obtenían tres positivos transparentes que había que teñir en esos tres colores. Su superposición perfecta daba de nuevo una imagen con colores.

La aparición de la placa pancromática, es decir, sensible a todos los colores fue el hito sobre el que se apoyó su nuevo descubrimiento. Auguste y Louis presentaron los resultados de su trabajo, en 1904, en la  Académie des Sciences de Francia. Tres años después, habían perfeccionado el proceso y comenzado su producción industrial. El 10 de junio de 1910, realizaron la primera demostración pública de su descubrimiento en las oficinas de la revista L ‘Illustration, con un gran éxito.

 

Éxito comercial

El proceso requería un complejo proceso industrial que se desarrollaba en la factoría Lumière de Lyon. Había que aislar los granos transparentes de fécula de patata hasta obtenerlos entre 10 y 15 micras. Estos microscópicos componentes se separaban por tamaños y se teñían de los colores rojo, verde y azul-violeta, se mezclaban y se espolvoreaban sobre una palca de cristal con un barniz pegajoso.  Después se extendía sobre la placa una capa de polvo de carbón para rellenar los huecos entre los granos de colores y se pasaba la placa por un rodillo que ejercía una presión de cinco toneladas de peso por centímetro cuadrado para extender y aplanar los pequeños granos.

En cada centímetro cuadrado de la superficie de una placa autocroma existen aproximadamente, cuatro millones de granos de fécula de patata transparentes, que actúan como un fino filtro de color. Al final del proceso la placa se cubre con una emulsión fotográfica pancromática.

La exposición se realizaba a través de un filtro amarillo que corregía la excesiva sensibilidad de la luz y los colores. Los tiempos de exposición eran más elevados que en el uso de las placas de blanco y negro, unas treinta veces más, por ello era indispensable el uso del trípode. El fotógrafo obtenía después de todo el proceso una placa positiva.

En octubre de 1907 se vendieron las primeras placas en Reino Unido; en 1913  la factoría Lumière fabricaba 6.000 autochromes al día en diferentes tamaños.

Podían proyectarse en una linterna mágica o visualizarse a través de visores individuales. No permitía la manipulación posterior en su acabado positivo, algo a lo que estaban muy acostumbrados los fotógrafos.

Los retratos y los jardines fueron dos de los grandes temas  fotografiados con el nuevo procedimiento.

En esta muestra ofrecemos la reproducción de algunos de los mejores ejemplares de las colecciones de la Filmoteca con ambos temas de fondos, y con una síntesis de los dos: retratos femeninos organizados en torno a las flores o la vegetación de los jardines. Belleza y color se aúnan en un estilo propio de los fotógrafos artistas que trabajaron el autocromo hasta su desaparición en torno a 1932.

De mano de los Lumière, el autochrome tuvo su epílogo en el Filmcolor, el mismo proceso sobre una lámina. Poco después la casa Kodak patentaría el primer proceso de color sustractivo (color subtractive synthesis) sin necesidad de filtros, que denominó Kodakcrome.

Maite Conesa // Directora Filmoteca de Castilla y León

 

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Programa del Festival


• 17, 18 y 19 de mayo de 2024